jueves, 25 de abril de 2013

Capítulo 18





— ¿Harry?— una voz femenina se escuchó a mis espaldas — ¿Cómo has estado cariño?— ante su cara de nerviosismo, note que era hora de soltarlo
—Muy bien y usted— contesto con cortesía pero sin perder su forma ruda de ser.
—También muy bien— la voz de esta mujer tenía alegría, ternura entre otros sentimientos mezclados. Se acercó a Harry y lo abrazo. Después se acercó a mí y saludo con el típico beso en la mejilla —Marie Hudson— se presentó 
—Gabriela Smith — hice lo mismo. 
—Que linda que es tu novia Harry — dijo la ahora agradable mujer poniendo su mano en mi hombro 
—Gracias— dije con una enorme sonrisa, tratando de no reír por el tono rojo carmesí que se había apoderado de las mejillas de Harry.
—No— tartamudeo —Ella no es…— no pudo terminar la frase cuando el pequeño grito de Gemma lo interrumpió.
— ¡Gabriela!— grito más que feliz, mientras corría hacia mí.
— ¡Hola!— conteste con el mismo tono que ella — ¿Cómo te la pasaste?— le pregunte sonriente mientras la cargaba 
— ¡Genial!
— ¿Es Gemma?— pregunto Marie y Harry asintió con la cabeza
— ¡Pero qué grande estas!— dijo acercándose a nosotras —Seguro no me recuerdas— acaricio su mejilla —Pero yo te conozco desde que eras una bebe pequeñita— Gemma solo le sonrió —Yo era…
—…Amiga de mi mami— la interrumpió la pequeña como si nada, solo note la seria mirada de Harry — Vamos Gabriela ¿me acompañas por mi trozo de pastel?— como negarle algo a esa dulzura. La baje y de inmediato tomo mi mano para correr hacia donde estaba el pastel.

—Dame pastel, Gemma— le decía Liam a su hermana quien gustosa comía la gigante rebanada de pastel que le habían dado.
—Gemma, es demasiado para ti— hablo Harry —Compártele a Liam— le ordeno y la pequeña enseguida obedeció. 

La luz roja hizo que Harry se detuviera, me recargue en el asiento y volteé hacia la izquierda para poder verlo, lo miraba fijamente esperando a que volteara. Finalmente lo hizo y le sonreí, nuevamente reprimía sus ganas de reír. Pero que hombre tan más antipático eres Styles. Seguí mirándolo fijamente y volvió a voltear, esta vez le guiñe un ojo y le mande un beso sin que los pequeños se dieran cuenta. Y Ahora si dejo escapar una pequeña sonrisa, negó con la cabeza y volteo su mirada al frente. 

Puse mi mirada al frente al ver una luz blanca que no era precisamente del semáforo, el cual seguía en rojo, esta luz blanca comenzó a hacerse mayor y con más velocidad se acercaba directamente hacia nosotros.
— ¿H… Harry?— tartamudeé asustada volteando a verlo, este con el ceño fruncido trato de mover la palanca de los cambios, pero no entraba. No era solo una luz, era un auto el que venía a toda velocidad en dirección a nosotros.

Cerré los ojos fuertemente como preparándome para el impacto. Pero Harry acelero a fondo haciendo chillar las llantas para quitarse del camino del deportivo rojo, el cual volvió a su carril. Parecía totalmente intencional.
Harry freno de golpe, alineándose en la acera y gracias al cinturón de seguridad no nos impactamos contra el vidrio. No tardo ni un segundo en desabrochar el cinturón y bajar para ir hacia la puerta trasera y asegurarse de que los pequeños estuvieran bien.
Yo solo me gire en el asiento para poder ver. Los ojos de Liam estaban abiertos a tope, y Gemma quien parecía tranquila, de un momento a otro exploto en llanto.
— ¿Estás bien? ¿Qué te sucede? — le preguntaba Harry con desespero ante el incesante llanto de Gemma. 
—Mi vestido— dijo entrecortadamente mientras volteaba hacia abajo mirando su vestido totalmente manchado de pastel. Me fue imposible no reír.
—Pequeña no llores— le dije con ternura —Se limpia— le informe.
—Pero…— alargo con un sentimiento enorme
—Mira— me baje del auto — ¿Te cambio de lugar Liam ?— le pregunte y este de inmediato accedió —Yo te ayudo— subí y tome un par de servilletas que traía y la ayude a sacar el pastel de su ropa.
— ¿Todos bien?— pregunto Harry ya ambos niños asintieron con la cabeza –No todos- pensé en mi interior, Zayn moriría por esto.

—Gracias. — Dije bajando del auto
—Gabriela— me llamo Gemma 
—Que pasa— le pregunte sonriente — ¿Mañana vendrás con nosotros?
—Eso no lo decido yo— le conteste mirando a Harry
—No— contesto seriamente —Mañana descanso de ella, además tengo trabajo— le explico a  quien lo miraba con cara de cachorro abandonado en plena lluvia.
—Por favor— insistió —Gabriela es divertida— agrego Liam 
—No— se negó nuevamente —Tienen colegio y tienen que hacer tarea.
—Mañana es viernes.
—Niños— los interrumpí —Obedezcan a su hermano, les prometo que luego iré a visitarlos. Styles abre la maletera— le dije para después caminar hacia atrás del auto.
— ¿Para qué?— pregunto bajando del auto
—Deje unas cuantas bolsas ahí— abrió la cajuela y efectivamente ahí había alrededor de diez bolsas.
—No es normal tu obsesión con las compras— dijo mientras yo me sacaba una bota cambiándola por las zapatos de tacón que anteriormente traía
—Si tú tampoco eres normal— quite la otra bota, me di la vuelta y las lancé a un basurero que estaba en la acera.
— ¿Por qué las tiras?— pregunto extrañado
—Las detestaste, así que no me sirven de nada— le dije riendo. Tome todas mis bolsas —Nos vemos luego— bese su mejilla para después caminar hacia mi casa.

— ¿En dónde?— escuche la voz de mi madre cuando subía las escaleras 
—Estaba en casa de...
—Está bien, yo mando a alguien para que recoja el pedido— era su celular con el que hablaba. Qué raro. —Perdón hija ¿qué decías? — tapo la bocina del celular para que no se escuchara de lo que ‘hablábamos’ 
—Nada, no decía nada.

‘Paso por ti mañana ¿sí?’ leí el mensaje de Lou que había llegado a mi celular 
‘Eso ni lo preguntes, dalo por hecho’ lo respondí

Continúe cambiándome, estaba cansada. Más bien fastidiada. Habíamos pasado todo el día contestando esa tediosa guía, lo único que quería es dormir.

‘Muy bien, y ¿entonces? ¿Qué tal te fue?’ me deje caer en la cama con el celular en las manos y comencé a teclear.
‘Excelente, tanto que puedo asegurar que has perdido la apuesta. No te sorprendas cuando Styles admita que esta locamente enamorado de mi’ enviado.

Deje mi celular en la mesa de noche y apague las luces. En menos de cinco minutos había caído en un profundo sueño

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